Objetivo:
Brindar herramientas pastorales que ayuden en la orientación y acompañamiento a las personas que atraviesan un proceso de divorcio, así como en el desafío que implica sanar las heridas, y también, en el proceso de quienes se decidan por el nuevo casamiento.

Descripción:
Indudablemente el ideal de Dios para las parejas es que su matrimonio dure toda la vida, es decir, “Hasta que la muerte los separe”. Pero también no podemos negar que este ideal no siempre se logra, ya que la historia nos ha mostrado que el divorcio siempre ha sido una realidad presente que ha golpeado muchas vidas y que en nuestros días las estadísticas confirman un aumento acentuado de casos y en la iglesia no ha sido la excepción.

Ante esta realidad, entendemos que un divorcio es una perdida, se muere una relación, sueños y proyectos de vida. Esta perdida afecta no solo la pareja, sino la familia extendida, los amigos y, sobre todo, los hijos cuando los hay.

Por lo tanto, un acompañamiento pastoral evangélico, donde se permite que las personas que enfrentan un proceso de divorcio elaboren su duelo, encuentren perdón, consuelo, restauración y esperanza en Cristo Jesús, hará la diferencia en sus vidas. Este acompañamiento requiere de una comprensión correcta de la palabra, sobre todo, de la gracia infinita que sobre abunda donde el pecado ha tratado de decretar una tragedia.